Respecto al estado de conservación lo más destacado era las intervenciones sufridas de zurcidos y cosidos a repulgo. El tejido de terciopelo estaba muy afectado por deshidratación de las fibras que produjo abundantes rajas en sentido urdimbre que dieron lugar a numerosas intervenciones.
La restauración de la pieza estuvo respaldada por un minucioso estudio de las técnicas de ejecución (estudio de ligamentos), de identificación de materiales (colorantes, mordientes y fibras), y de la construcción y confección de la misma.
Entre el forro y el tejido principal se encontró un tejido de lino gofrado en negro de extraña factura. El tejido está decorado por presión y aplastamiento de la fibra y el motivo es un jarrón central con roleos y hojas de acanto que invade el campo central hasta completar el ancho del telar. (Este tipo de tejidos fueron realizados exclusivamente en España sobre el siglo XVII. Lo que se constata la intervención y modificación de las pieza a lo largo de los siglos).
Destacamos del resultado del estudio de ligamentos, el detalle de los orillos del terciopelo con un hilo de oro. En el siglo XV se establecieron unas ordenanzas respecto a la calidad de los terciopelos que repercutía en los colorantes utilizados para su tinción, en la calidad de las seda o en la calidad de los hilos metálicos utilizados para su decoración. Estas ordenanzas se promulgaron para llevar un control de calidad en la producción de terciopelos de exportación e importación dentro y fuera de la península. En estas ordenanzas se establecía la obligación de insertar en el centro de los orillos un hilo de oro que indicaba la utilización del quermes en la tinción de la seda.
Consecuencia del estudio de colorantes fue la identificación de dos terciopelos diferentes, aunque ambos son de aspecto similar ( labrados y de color granate) el colorante del tejido del capillo y pasillo es quermes y el del fondo de los escudos es cochinilla polaca.